viernes, 9 de noviembre de 2012

Vida Sana


Detrás de esa sonrisa

El sueño de una sonrisa maravillosa ha sido motivo de preocupación desde tiempos remotos. Y es que la boca es una de las armas de seducción más importantes, por eso y -sobre todo- por cuestiones de salud, debemos prestarle tanta atención como a cualquier otra parte del cuerpo.

Mantener la boca en correctas condiciones no sólo nos da un buen aspecto y nos hace sentir bien, sino que nos permiten hablar y comer apropiadamente, por lo que se convierte en una parte primordial de nuestro bienestar general.

Hoy existen avanzadas técnicas para alinear, reconstruir, blanquear y recuperar los dientes, pero aunque hoy corregir lesiones sea menos doloroso y más efectivo que antes, la mejor opción sigue siendo mantener una rutina preventiva que nos ayude a evitar problemas bucales.

Una correcta y constante higiene bucal, combinada con visitas periódicas al odontólogo son clave para sonreír sin complejos. Aquí preparamos una guía para ponerse en acción:

ü    Cepillarse los dientes, como mínimo 3 veces al día. Esta acción debe durar al menos 5 minutos. Ir en orden nos asegura no olvidar ninguno.

ü    Elegir un cepillo adecuado a la boca (el dentista podrá asesorarnos). Y cambiarlo más o menos cada 3 meses.

ü    Los movimientos deben ser suaves y cortos y recorrer todas las caras de los dientes: interior, exterior y superior.

ü    Cepillar también la lengua, para mejorar el aliento y eliminar bacterias que podrían dañar los dientes.

ü    Las encías también deben ser tenidas en cuenta al momento del cepillado, ya que su malestar puede causar complicaciones. Si se inflaman o sangran, hay que consultar al odontólogo.

ü    Utilizar hilo dental diariamente para completar la limpieza, ya que consigue llegar donde el cepillo no llega.

ü    Visitar al dentista cada seis meses, aunque no se sientan molestias, para asegurarnos y mantener el buen estado de la boca.

ü    Es el profesional quien debe indicar el uso de enjuagues bucales o productos con flúor.

ü    La primera visita de los niños al odontólogo debe ser alrededor de los 3 años, así irá construyendo una experiencia positiva y podrá desarrollar hábitos de higiene bucal seguros y duraderos desde temprano.

ü    Las alimentos muy dulces favorecen la aparición de caries, por eso: asegurarse de que los chicos se cepillen después de una “panzada” de golosinas.

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